Pasiones y desvelos que desde ya forman parte de la fiesta mundialista de esta copa de fútbol; esa que ha convertido las esquinas calientes cubanas en terrenos donde no es difícil divisar improvisas porterías y a los niños y jóvenes practicar el baile con el balón: ese que los lleva a moverse a la derecha, luego a la izquierda, impulsar la esférica hasta la cabeza y devolverla al piso. Crónica de Litzie Álvarez Santana, de los servicios informativos de Radio Ciudad del Mar, Cienfuegos.
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